Los orígenes de la Aromaterapia son muy antiguos, ya en el año 4500 a.c aparecen los primeros pruebas de la utilización de esta técnica, en lo que hoy consideramos China.
Los egipcios también usaban aceites esenciales para fines terapéuticos. Los padres de la medicina, Hipócrates y Galeno usaban hierbas aromáticas para tratar dolencias y patologías de sus pacientes. Fue ampliamente utilizada durante la Edad Media también.
Con el desarrollo científico de la ciencia química y farmacéutica, se documenta de una forma más clara los tratamientos con aromaterapia y se afianza como terapia complementaria a la medicina tradicional. En 1920, René Maurice Gattefose, ingeniero químico de formación aplica aceite esencial de lavanda sobre una quemadura y descubre un efecto terapéutico que le sorprende, por ese motivo decide abrir una línea de investigación sobre los componentes químicos de los aceites esenciales y sus posibles efectos terapéuticos. En el año 1928, agrupa todo lo aprendido bajo el nombre de Aromaterapia.
Unos años más tarde, concretamente en 1964, el doctor Jean Valnet pública su libro Aromaterapia, la obra engloba conocimientos experimentales recopilados al tratar a soldados de la armada francesa y posteriormente pacientes de un hospital psiquiátrico donde trabajaba.
En 1950, se siembra la semilla de lo que años más tarde revolucionaría el concepto “clásico” de aromaterapia, Margarita Maury, masajista y bioquímica australiana combina la aplicación de masajes profesionales con la aplicación de aceites esenciales, obteniendo unos resultados sorprendentes.
Otros muchos han profundizado en el tema como Dominique Baudoux, farmacéutico y fundador de los laboratorios Pranarom, del cual hablaremos en futuros post, publicando una amplísima obra sobre esta temática, (por fortuna disponible en castellano) o Christine Wildwood, que ha impulsado la aromaterapia divulgándola con numerosa bibliografía (la mayoría en lengua inglesa).
La aromaterapia está de moda, miles de libros inundan las grandes librerías sobre el tema,cosmetólogos, fisioterapeutas y masajistas incluyen sin reparos los aceites esenciales de diferentes plantas en sus tratamientos.
La conclusión es que la aromaterapia es universal en el tiempo, y con mayor o menor desarrollo, con más o menos documentación científica en los estantes, sigue y seguirá vigente porque los remedios naturales y el uso de las plantas son tan antiguos como el hombre civilizado.
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